Fotografía por M. Konkol vía Riot Games

Seis años de esfuerzo, un mes de recompensa

Uzi ha sufrido muchísimos problemas en su carrera a pesar de que el público occidental solo haya visto sus grandes jugadas

Todos los que aman League of Legends saben quién es Jian “Uzi” Zi-Hao. El problema es que no lo conocen. Tras seis años de trabajo, penurias, altos, bajos y mucho egoísmo, uno de los tiradores más afamados ha conseguido en un periodo inferior a un mes más títulos colectivos que en toda su carrera. ¿Casualidad? No. Se puede argumentar mucho sobre esta generación de Royal Never Give Up que esencialmente nació con Gamtee y Team King allá por 2015, pero hay un factor clave en Uzi que ha cambiado en los últimos dos años: la pérdida del yo por el nosotros.

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Uzi ha madurado, esta vez de verdad. Si uno se pone a leer libros de afamados entrenadores de baloncesto se podrá encontrar con un mensaje que se repite en todos ellos: esto es un juego de equipo. Desde Pat Riley hasta Greg Popovich con un camino posterior o coetáneo respectivamente por Phil Jackson, no hay mucha diferencia entre un deporte y otro. Las leyendas no surgen de un día para otro, aunque a veces así lo parezca, y los mejores jugadores del mundo tienen que sufrir si quieren ganar. Algo que Lee “Faker” Sang-hyeok no pareció hacer en su mismísimo debut cuando arrasó en línea a Kang “Ambition” Chan-yong, pero que está haciendo ahora y también lo padeció en todo 2014.

Uzi vio con sus ojos humillados de un chaval de solo 16 años como el dios de la calle central, quien también era extremadamente joven de aquellas, lo dominó en la final del Campeonato Mundial de 2013. A aquel tirador le pudo la incertidumbre que llevaba arrastrando desde los torneos en 2012. Su organización, Royal Club, sufría de las mismas inestabilidades que Uzi mostraba en la Grieta del Invocador. Lograron clasificarse a la LoL Pro League de 2013, la primera competición regular china anual al formato de League Championship Series, pero el equipo no consiguió ni siquiera entrar en playoffs en primavera de ese año.

¿Por qué estaba entonces Royal en una final de un mundial meses después? ¿Qué es lo que hace a Uzi un jugador diferente? Hasta hace muy poco, como mucho dos años, Uzi era un jugador exclusivo para momentos importantes. Su fase regular estaba llena de agresividad innecesaria, lo que forzaba al jungla rival y propio a acercarse a la calle inferior. Siempre ha llevado sus límites al extremo, lo que perdió muchas partidas en el pasado pero también ganó bastantes.

En un escenario internacional, su Vayne se hizo famosa por esta misma razón. Las escuadras no podían predecir a un jugador que había nacido en un entorno de lucha constante por la supervivencia: o eres el mejor individualmente, o te vas por donde has venido. Obviamente, en cuanto llegaba alguien organizado de Corea esta estrategia se iba al traste… porque en realidad llamar táctica al uso kamikaze de un tirador no es una forma apropiada.

Pero a finales de 2013 Royal Club se dividió debido a que la organización aseguró su incapacidad de pagar a sus jugadores. A pesar de que en la actualidad las cifras de visionado den una imagen de que en China son todos ricos, en el pasado había jugadores que tenían que irse a otros sitios para poder tener conexión a Internet y practicar. Solo una reorganización en mayo del siguiente año, la que también indirectamente influenciaría a la llegada de LMQ a Norteamérica, volvería a poner en la travesía a la marca Royal ahora bajo Star Horn.

2014 tampoco cambió mucho la historia: una vez más, una primavera inexistente en la que tuvieron que escapar del descenso como pudieron para renacer en verano. Una de las razones que siempre se ha puesto sobre la mesa a razón de esta repentina mejoría de nivel es la capacidad que tenían los equipos de UZI para aprender de sus rivales. Tras meses de entrenamiento con las mismas escuadras, equipos como Oh My God se negaban a practicar contra ellos con temor a que los contrarrestasen. Royal nunca tuvo una estrategia clara, pero era muy bueno respondiendo a sus contrincantes y dejar que UZI tuviera todos los focos.

Los problemas burocráticos llegaron una vez más cuando Choi “inSec” In-seok y Yoon “Zero” Kyung-sup tuvieron problemas de visado en el Campeonato Mundial de 2014. Los dos coreanos, de los primeros en aparecer en la escena china, se habían vuelto fundamentales para dar coherencia a la organización. Su experiencia permitió que China volviese a llegar a una final de un torneo internacional por segundo año consecutivo, pero sin la chispa de Uzi partidas como las series contra Edward Gaming y Oh My God habrían sido muy diferentes. El factor de conocimiento del rival se vio muy reflejado en este torneo, al ganar a quintetos que les habían amargado la vida todo el año pero que fueron derrocados en Corea.

Fotografía vía Riot Games

Después de su esplendor en 2013 y su confirmación en 2014, Uzi se convirtió en un jugador a seguir por los años de los años en la LoL Pro League. No solo a nivel nacional supuso una conmoción espectacular su salida de Star Horn Royal Club para irse a Oh My God, sino que en el siguiente Campeonato Mundial de 2015 su ausencia fue la excusa perfecta para tapar el desastre chino de esa misma competición. Siempre hay aficionados tan pasionales que pueden excusarse de cualquier manera. Lo que más sorprende, en cambio, es que pocos jugadores de la LPL pueden ser tan importantes para el público occidental como para ser recordados después de casi dos años sin apariciones en torneos internacionales importantes.

Uzi lo era. Ming “Clearlove” Kai también. Quizás Gao “WeiXiao” Xue-Cheng… pero en realidad pocos nombres se pueden poner sobre la mesa. Si piensas en League of Legends chino, a día de hoy piensas en Uzi. Aquel jugador que durante dos años seguidos no había sido penalizado por su inestabilidad, puesto que en el fondo a pesar de no llegar a ganar ningún título nacional siempre habría brillado y recibido el apoyo incondicional de los aficionados en los torneos internacionales.

2015 cambió su vida. El juego estaba madurando a pasos agigantados y tras la demostración de superioridad aplastante en 2014 por parte de la región coreana, Uzi no podía relajarse. Tener manos ya no era suficiente. Su salida a Oh My God buscaba una ambición superior y se hablaban de cifras económicas escandalosas para la época. Lo importante, no obstante, era el cambio de entorno. Uzi ya no era el ojo que todos miraban. En su equipo había otra estrella más importante todavía: Yu “Cool” Jia-Jun. El medio sobrevive como puede en la actualidad en FunPlus Phoenix, pero en su momento era de los mejores jugadores que uno podía encontrar en China.

Con un ego colosal, también. El choque de intenciones llevó a Oh My God a la ruina: durante gran parte de 2015, a Uzi se le podía ver jugando empuje dividido con Sivir de una manera totalmente descoordinado y absurda con respecto al resto del equipo. Oh My God era una banda, pero no con desparpajo y triple amenaza como en el pasado, sino con múltiples problemas internos y sin dirección sobre la Grieta. Fue hasta tal punto que un tirador llamado Zhang “North” Yu-Ze (actualmente X4007) que luego volvería a la LoL Secondary Pro League mostraría mucho mejor nivel en sus pocas partidas con Oh My God. A finales de verano de 2015, Uzi volvió a jugar y se intentó salvar la temporada como se pudo, pero era demasiado tarde.

Ese año llevó a la ruina a Cool, pero también a otros clásicos como Gao “Gogoing” Di-Ping y Yin “LoveLing” Le, quienes nunca volvieron a mostrar una imagen semejante a su pasado y se desvanecieron como si nunca hubieran existido. La organización dio un cambio de rumbo radical, con más apoyo sobre cuerpo técnico coreano y una apuesta clara a largo plazo. En esas intenciones no tenía cabida Uzi, por lo que el joven tirador se marchó hacia la única organización que tenía un hueco claro para él: Qiao Gu.

La sorpresa de verano de 2015 parecía tener un futuro prometedor y Uzi era el jugador perfecto. Aunque su antiguo tirador, había funcionado muy bien, Yu “TnT” Rui (ahora conocido como Happy), el estilo del equipo era perfecto para Uzi. Qiao Gu jugaba alrededor del jungla y el tirador como focos de los recursos mientras que el medio y el top usaban tanques. En primavera de 2016 todo parecía ir sobre la seda: Uzi había ganado mucho en constancia y el equipo había acabado primero en su grupo con una actuación sólida. Su mejor primavera hasta la fecha.

No obstante, una vez más Uzi se vio envuelto en problemas internos. Los aficionados se acogieron de nuevo a “no es su culpa”, puesto que en esta ocasión fueron el medio y el jungla los que dieron problemas. Kim “Doinb” Tae-sang y Baek “Swift” Da-hoon tuvieron serias disputas, lo que provocó la salida del primero de la organización cuando esta fue comprada por Newbee de cara a verano. Ese proyecto prometedor de Qiao Gu Reapers se fue una vez más al garete y Uzi se dio cuenta de una realidad: sin Royal no hay paraíso.

Cuando Uzi se fue en 2015 de su organización predilecta, Star Horn Royal Club descendió. Pero volvió con un triple intercambio entre ellos, Team King y Gamtee. El eje principal de medio y top de Gamtee, Yan “LetMe” Jun-Ze y Li “Xiaohu” Yuan-Hao pasaría a ser Royal Never Give Up, mientras que a ellos se les sumaría la versión inestable de Uzi en la jungla desde Team King, Liu “Mlxg” Shi-Yu.

Fotografía por A. Sznajder vía ESL

Si a esto se le suman los problemas que tuvieron en los años anteriores, el nuevo nombre de la organización podía parecer extraño pero apropiado. Además sirvió de premonición a la vuelta de Uzi un año más tarde, cuando junto con Cho “Mata” Se-hyoung y Jang “Looper” Hyeong-seok se volvería a rodear de coreanos una vez más desde 2014.

Como si nunca hubiera tenido problemas, Uzi ya había cambiado para siempre. Esos dos años de problemas internos y no entenderse con sus compañeros permitió que el joven tirador cambiara el chip para siempre. No podía ser de una mejor manera que con el mayor mentor que se podía encontrar en su carrera: Mata. El veteranísimo general de la calle inferior fue el apoyo perfecto de Uzi y volvió a un estilo semejante al que tuvo en Samsung White con Gu “Imp” Seung-bin: protección pero con muchísima iniciación.

Tras ganar sin él, Royal ya no era un equipo relajado en la fase regular nacional. A pesar de perder la final de 2016 frente a un Edward Gaming a punto de cambiar su dinastía, la fuerte aparición en el grupo de la muerte del Campeonato Mundial de ese mismo año volvió a traer a Uzi a unos escenarios internacionales que lo amaban. Se fue al perder contra el campeón, SK Telecom T1, pero la tendencia en China y en su propia carrera había cambiado.

En 2017 volvió al primer equipo de Royal Never Give Up un jugador que había sufrido la llegada de Looper pero que fue muy importante para salvar la plaza de la LoL Pro League y que habilitaría más protagonismo si cabe a Uzi: LetMe. Junto a un jovencísimo Shi “Ming” Sen-Ming que Uzi podría formar, Royal Never Give Up tomó la estela del equipo nacional al no contar ya con ningún coreano en el terreno de juego, aunque en el banquillo Heart sería la única adquisición en marzo.

Desde ese momento, Royal apostó por la continuidad y se notó en sus resultados. Tanto en primavera como en verano el equipo arrasó en la fase regular y solo pudo ser vencido en la final tanto por Team WE como por Edward Gaming. No obstante, aunque Uzi no era capaz de conseguir ninguno de sus ansiados títulos, Royal Never Give Up era un equipo más cohesionado, unido y orientado al lago plazo. Además, enfocado lo máximo posible a la calle inferior.

Esto permitió que, una vez más, en el Campeonato Mundial de 2017 Uzi se llevase todos los focos. Con unas semifinales en las que estuvieron a punto de derrotar a SK Telecom T1, Royal Never Give Up dejó claro que, más allá de Corea, estaba entre los dos mejores equipos del mundo. Esa fortaleza de saber jugar mejor contra organizaciones conocidas se vio reflejada en una rápida e inteligente adaptación a los mejores de cinco.

Y por fin, cuando ya todo el mundo esperaba a un demoledor Invictus Gaming que solo había perdido la serie contra Royal Never Give Up en toda su temporada, Uzi consiguió su preciado tesoro. RNG se alzó con un 3 a 2 en las semifinales de primavera de 2018 hace poco más de un mes y así dio un golpe en la mesa como el claro favorito contra unas finales en las que también acabó con su eterno enemigo: Edward Gaming.

Todo era camino de rosas. Aunque sí había mucha expectación alrededor de los tiradores en este Mid-Season Invitational, nadie esperaba una victoria que no fuera coreana. El nivel de Uzi en todo el torneo ha sido tan espectacular, que a día de hoy no sería descabellado decir que Uzi es el mejor jugador del mundo. Pero como diría el meme, no me quiero venir arriba: en el Campeonato Mundial todo podría quedar en agua de borrajas.

Fotografía por M. Konkol vía Riot Games

Lo que ha pasado hace tan solo un día es consecuencia de un cambio de mentalidad que se generó en los peores momentos. Tras ser derrotado hasta cuatro veces por Faker en diversos Campeonatos Mundiales, Uzi se ha moldeado como un mejor jugador año tras año, algo muy complicado de conseguir en materia de reflejos y habilidad mecánica.

Además, ya no es un loco arriesgado que transmite de forma conflictiva su estado al resto del equipo. Uzi nunca ha dejado de empujarse a sí mismo hacia los límites del videojuego, pero la diferencia con respecto hace unos años es que ahora también lo hace con su equipo. Su equipo no juega para él, él juega para su equipo. Si alguien no se ha rendido nunca en Royal Never Give Up, ese es Uzi.

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Author
Miguel Casquero
Dot Esports Español Editor-in-Chief. Only yordles player, Diamond V gatekeeper. Lover of many things, passionate for a few ones. The Offspring keeps me alive.