La falta de capacidad de los equipos norteamericanos de la LCS para adaptarse rápido a los cambios en el metajuego se ha convertido en un «meme» recientemente. Siempre les ha costado en largos torneos internacionales como los Campeonatos Mundiales, donde su tozudez para innovar les ha llevado al desastre. Pero la más reciente humillación llegó a manos de Europa en el Rift Rivals, un pequeño torneo disputado en territorio estadounidense en julio.
Esto disparó la ayuda de la organizadora Riot Games a los equipos norteamericanos. El comisionado de la LCS, Chris Greeley, anunció que a partir de este fin de semana los equipos de NA podrán llevar un segundo entrenador estratégico al escenario para la selección de campeones.
Desde ahora hasta las finales, las escuadras tendrán la opción de usar un segundo entrenador que se podrá comunicar con el principal y los jugadores durante la fase de selección y bloqueos. Igual que el entrenador jefe, no podrán hablar con nadie fuera del escenario.
El cambio fue realizado como respuesta a las discusiones de Riot con las organizaciones para poder mejorar la liga. Mientras que es una buena idea en cuanto a valor de escena, aporta problemas a la integridad competitiva del juego.
Primero, Riot decidió que esto solo es un programa piloto. No se sabe con seguridad qué tipo de información busca Riot de esta experiencia, pero el hecho de que una prueba se esté aplicando a la vez que la competición, incluidos los playoffs y las finales, es un gran salto sobre la forma de proceder habitual a los cambios en la normativa.
Además, solo se aplicará a Norteamérica, lo que lleva a los comentarios sarcásticos de que solo los equipos del nuevo continente necesitan esta ayuda en la fase de selección y campeones. Que no permitan entrenadores estratégicos en el escenario en otras regiones crea una falta de equilibrio entre cómo compiten los contendientes en las diferentes ligas. Los entrenadores estratégicos tampoco serán permitidos en el Campeonato Mundial de este año, lo que puede incluso fastidiar a cómo se preparan los equipos americanos.
En general, esto es un movimiento en la dirección adecuada. Sin embargo, el momento de la implementación no es el correcto. Quizás los equipos norteamericanos lo necesitaban tantísimo…